La Casilla de la Loma

La Casilla de la Loma es una casa de pueblo típica del Valle de Lecrín. En la planta baja tiene una gran sala comedor y cocina con chimenea y patio. En la primera planta tres habitaciones y un baño completo. En la planta superior una gran habitación con baño y una terraza amplia con vistas a la Sierra.
La casa de 140m2 es de alquiler íntegro para 7 personas. Dispone de tres dormitorios dobles y uno individual. Dos baños y un aseo. Es posible añadir una cama más y una cuna con petición previa.
La casa se encuentra en el Valle de Lecrín, en el municipio de Albuñuelas. La zona és ideal para los amantes de la sierra y de los senderos. El GR7 pasa prácticamente por delante de la casa camino de Almuñecar. La sierra de Albuñuelas está cubierta por una rica vegetación entre la que predomina el pinar, salpicado de todo tipo de flores silvestres y plantas aromáticas y medicinales.
El barrio de la Loma de Albuñuelas es un lugar privilegiado y tranquilo donde la vida transcurre sin prisas, en sus terrazas y azoteas la ropa tendida comparte el espacio con los tomates secándose al sol. El silencio de sus calles solo se interrumpe con el sonido de los animales y los vendedores que suben a traer el pan del día, pescado fresco de Motril, fruta y verdura.
Sus vecinos viven del campo y eso explica la limpieza y pulcritud de sus bancales, alineados con olivos, almendros y viñas.
La población de Albuñuelas no es muy grande pero sus calles de estilo morisco tienen un autèntico sabor andaluz. En el Barrio Alto visite la Torre del Tío Bayo, una torre musulmana del siglo XIV, de planta rectangular y de unos ocho metros de altura, el lavadero antiguo, perfectamente restaurado, el convento-iglesia y el antiguo palacio arzobispal. En el Barrio Bajo la ermita se encuentra en una plaza tranquila y silenciosa.
De vuelta al Barrio de la Loma, con sólo cruzar una calle, el visitante se encuentra en medio de la sierra. Una agencia local le ofrece paseos a caballo a la Sierra de Albuñuelas.
Existen en esta sierra parajes donde el visitante podrá perderse. Si eleva su mirada podrá admirar el vuelo de las grandes aves y si camina en silencio escuchar el canto de los pájaros. Caminar por bosquesde pinos y olivos centenarios, por veredas o caminos forestales que nos conducen hasta un sinfín de manantiales y el río Santo. Descubrir cuevas o el rastro de las antiguas minas.
Quizá sea su rica vegetación y la hidrología de la zona las que dan vida a la distintas especies animales que pueblan esta sierra, zorros, perdices, palomas torcaces, mirlos, conejos, jabalíes, ciervos, cabras monteses….